Los riesgos de la IA

La Inteligencia Artificial ofrece ventajas, pero hay que vigilar posibles daños de reputación y financieros

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Las compañías de seguros están aumentando sus inversiones en inteligencia artificial (IA) como parte de su estrategia para impulsar crecimiento y rentabilidad, según el informe Insurance Companies Increasingly Look to Artificial Intelligence for Growth and Profitability, publicado recientemente por Morningstar DBRS. Sin embargo, la agencia advierte que esta transformación tecnológica también plantea desafíos importantes en temas reputacionales, de compliance y financieros.

Este estudio concluye que las aseguradoras norteamericanas han aumentado de forma significativa el peso de la IA en sus presupuestos de tecnología: del 8% en 2024 se espera que supere el 20% en un plazo de tres a cinco años. Esta tendencia responde a la necesidad de mantenerse competitivas en un entorno donde la automatización general y la personalización del servicio para ajustarse a ls necesidades concretas de cada cliente son cada vez más decisivas.

La IA está revolucionando todo el negocio asegurador. Permite automatizar tareas repetitivas, generar documentos, optimizar campañas comerciales y realizar análisis predictivos, reduciendo costes y mejorando la eficiencia operativa.

Los chatbots y asistentes virtuales están ganando terreno, ofreciendo recomendaciones personalizadas y agilizando la contratación, especialmente en los seguros de vida y rentas. En siniestros, la tecnología facilita la evaluación de daños mediante imágenes digitales y estima costes de reparación incluso antes de la inspección física. Además, agiliza la gestión tras catástrofes naturales y refuerza la detección de fraudes gracias a patrones basados en datos históricos.

En suscripción, la IA enriquece los modelos de riesgo y permite una tarificación más precisa. No obstante, Morningstar DBRS advierte que estos beneficios solo se materializan con modelos bien entrenados y supervisados, ya que una tarificación inadecuada puede tener graves consecuencias financieras y dañar la reputación de la aseguradora.

El informe alerta de que, sin una adecuada gobernanza, el uso intensivo de IA en decisiones clave puede generar errores costosos, discriminaciones involuntarias e incluso litigios colectivos, como demuestran recientes demandas en EE.UU. contra aseguradoras de salud por decisiones automatizadas.

El ciberriesgo es otro factor crítico: el manejo masivo de datos aumenta la exposición a filtraciones y ciberataques. Asimismo, las aseguradoras de menor tamaño, con recursos más limitados, son especialmente vulnerables a errores y fallos operativos.

A esto se suma que muchas entidades intensivas en IA aún carecen de políticas claras de gobernanza de datos, especialmente aquellas con ingresos anuales inferiores a los 5.000 millones de dólares.

Si analizamos el riesgo crediticio, Morningstar DBRS indica que la IA puede reforzar la posición competitiva de las aseguradoras al mejorar la experiencia del cliente y la eficiencia operativa. Sin embargo, advierte que también puede incrementar los riesgos legales, regulatorios y operativos si se aplica sin controles adecuados.

La agencia subraya que solo aquellas compañías que acompañen su inversión en IA con un robusto marco de gestión de riesgos y cumplimiento normativo podrán cosechar los beneficios sin poner en juego su estabilidad financiera ni su reputación a largo plazo.

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