‘Nomofobia’, la aversión a estar sin móvil, fue la palabra mundial elegida por el diccionario de Cambridge en 2018 y Cal Newport, profesor asociado de Ciencias de la Computación en la Universidad de Georgetown, apunta a la multitarea como la causa del llamado “residuo de la atención” –nuestro pensamiento permanece en la tarea anterior cuando cambiamos nuestro foco de una tarea a otra distinta y la primera permanece inacabada- en poco tiempo. Este residuo perjudica nuestra capacidad de concentración.

Ambos conceptos dan idea de la importancia creciente que está generando entre los especialistas en psicología, pedagogía y comportamiento organizativo la capacidad de mantenerse concentrados y atentos.

La ‘American Psychological Association’ destacó en 2018 que la desconexión digital es importante para la salud y se apunta como una tendencia de futuro en la selección de talento que la capacidad de concentración y la atención será un valor muy importante para elegir candidatos.

Tener una buena concentración permite a los profesionales mejorar su rendimiento y realizar tareas complejas además de asimilar el aprendizaje continuo del día a día.

Entrenar la concentración y la atención

Las recomendaciones para tratar de mejorar estas habilidades para que las distracciones continuas no afecten a nuestra productividad y nuestro rendimiento son:

1.- Tener una buena capacidad de organización planificando a largo plazo e incluyendo tiempo para interrupciones.

2.- Dedicar a cada tarea el tiempo que requiere evitando la pérdida de tiempo innecesaria.

3.- Saber cuándo cambiar de tarea.

4.- Tener una lista realizable de objetivos diarios.

5.- Finalizar tareas y solo dejar como pendientes aquellas que realmente no se puedan resolver en el día.

6.- Mantener solo las reuniones necesarias.

7.- Saber delegar y trabajar en equipo.

8.- Contar con indicaciones claras para el desempeño.

9.- Saber desconectar al final del día haciendo deporte, actividades que nos resulten gratificantes, pasar tiempo con la familia, etcétera.