PERSONAS
Ser feliz en la vida es dar sentido a lo que hacemos cada día
¿Podemos conseguir estabilidad emocional ante la adversidad? Los valores nos ayudan

La felicidad siempre se ha visto como ese estado ideal al que todos queremos llegar. Yo no creo en la ‘felicidad’ tal y como nos la presentan las Redes Sociales y las Marcas a través de sus campañas consumistas de Marketing. Como si la felicidad pudiera comprarse en las tiendas. Culturalmente, la felicidad se asocia con una vida perfecta donde no hay problemas y logramos éxito en áreas valoradas por la sociedad, como el trabajo y el amor. Esta idea tan fija y artificial de lo que es ser feliz nos lleva muchas veces a tomar decisiones que no tienen nada que ver con lo que realmente necesitamos. La ‘felicidad’ es un camino, no una finalidad.
En lugar de guiarnos por lo que sentimos en lo más profundo, actuamos según lo que la sociedad dice que nos hará felices: tener una casa, un coche, pareja e hijos, éxito en el trabajo, un cargo profesional, etc. Muchas personas caen en esta trampa y se desconectan de sí mismas, hasta que un día, aunque parezca que lo tienen todo, sienten un vacío enorme por dentro.
Por eso, todos deberíamos reflexionar sobre nuestro propósito en la vida. No es algo que debamos pensar sólo cuando estamos en crisis existencial, lo ideal es hacerlo antes. Buscar un propósito no es sólo para aquellos que ya tienen la vida resuelta. No es una actividad para llenar el tiempo cuando todo va bien, sino un ejercicio que nutre nuestra salud mental y nos ayuda a vivir la vida que realmente queremos.
A menudo, cuando alguien llega a un punto crítico de vacío emocional, la raíz del problema es la falta de un propósito en la vida. Tener un propósito nos da motivos para levantarnos cada mañana y disfrutar de la vida con todas sus luces y sombras.
Tener un propósito nos ayuda a tener una brújula que guía nuestras acciones y nos permite sentirnos plenos. Para tener un propósito, necesitamos un sistema de valores claro y ordenado. Esto significa conocernos y saber qué es lo que realmente nos importa, más allá de lo superficial. Cuando tenemos un sistema de valores claro, nuestra brújula funciona bien y podemos obtener efectos positivos.
¿Podemos conseguir estabilidad emocional ante la adversidad?
Aunque la vida se ponga difícil, tenemos pilares que nos mantienen en pie. Los valores nos ayudan a ver más allá del presente desalentador. Lo que hacemos cada día da sentido a nuestra vida. Y si le damos sentido, hacemos cosas a partir de nuestros Valores, Creencias y Principios.
¿Tomamos decisiones y tenemos capacidad de priorizar?
A veces tenemos que tomar decisiones difíciles. Si tenemos claros nuestros valores, estos momentos serán más fáciles de manejar porque tenemos una hoja de ruta. Los problemas se convierten así en oportunidades de crecimiento, aprendizaje y bienestar emocional.
Un artículo de Josep Gendra, formador y coach. Asesor del Col·legi en Gestión de Personas.
Email: assessories@elcol-legi.