Tenerla es clave para orientar el futuro de una agencia de seguros y empieza por plantear los objetivos alcanzables a corto, medio y largo plazo

 

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¿Sabes cuál es la importancia de la visión estratégica en el desarrollo de cualquier negocio? Es un planteamiento necesario para cualquier empresario y tenerla bien definida, a corto, medio y largo plazo permite guiar, desde el liderazgo, al equipo de una agencia de seguros hacia el éxito.

La visión estratégica de una agencia de seguros tiene que identificar los diferentes objetivos y plazos. Sobre todo tienen que ser metas precisas, alcanzables aunque ambiciosas basadas en la razón pero también en una visión intuitiva.

Tiene que ser un marco de intervención convergente y coherente para que el equipo se comprometa en esa visión común. Por ejemplo, “nuestro objetivo es convertirnos en la primera agencia en Vida en nuestra comarca en los próximos tres años”.

Con ese objetivo estratégico se tienen que plantear las diferentes acciones –de planificación, coordinación, marketing, comunicación, ventas, administración, atención al cliente, etcétera- que transformen esa estrategia en una ambición común.

 

La estrategia se hace en equipo

Contar con los puntos de vista del equipo de trabajo es fundamental para conocer nuestras fortalezas y áreas de mejora. A la hora de plantear una estrategia es positivo tener prevista una ruta a seguir pero antes de anunciarla como definitiva hay que cotejarla con el equipo y contar con el punto de vista colectivo.

Es fundamental que haya un consenso y un sentimiento común de realización. Tiene que convertirse en la meta de todos para que, al alcanzar los objetivos, también se sientan como logros propios.

Una vez definidas las metas el siguiente paso es establecer objetivos plazos exactos, por ejemplo, 3, 5 y 10 años. A continuación, hay que pensar y calcular los diferentes recursos que serán precisos y los costes asociados.

Es preciso contar con sistemas que nos permitan medir la evolución de esa visión estratégica (KPI, cifras de ventas, presupuestos y facturas emitidas, etcétera). Revisar, como mínimo, una vez al año los resultados pueden permitirnos detectar áreas de potenciación o de mejora… o, incluso, dar con una revisión de la estrategia que se muestra, por la realidad del mercado, como un área de desarrollo en el que nos encontramos muy bien situados. La capacidad de adaptación también es importante.

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