El banco de pruebas del sistema financiero pretende avanzar en la transformación digital del mercado y en la adaptación del marco regulatorio

El Consejo de Ministros celebrado el pasado martes dio luz verde al proyecto de Ley para la creación de un entorno de pruebas para productos y servicios financieros que se conoce como sandbox. Impulsado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, está previsto que este banco de pruebas empiece a funcionar este mismo año. ¿Pero cual es el propósito de esta iniciativa y cómo afectara al Seguro?

El sandbox está concebido como un entorno que permita desarrollar de manera segura la implementación en el mercado de los proyectos tecnológico que aporten innovación tecnológica y valor añadido para los clientes y los mercados. Por lo tanto, afecta de pleno a las iniciativas de Fintech y Insurtech. La intención del Gobierno es que esta iniciativa sea para el sector financiero algo parecido a lo que son los ensayos clínicos en el ámbito sanitario.

Desde el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital se propone que esta medida contribuya al proceso de transformación digital en el mundo financiero eliminando obstáculos regulatorios. No obstante, desde el Gobierno se asegura que no se violará ni incumplirá la regulación financiera

El sistema de supervisión es uno de los elementos clave de esta iniciativa. El Tesoro Público, el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Dirección General de Seguros y Pensiones son las instituciones encargadas de velar por el cumplimiento de la normativa regulatoria de los proyectos seleccionados.

Esta es otra de las características del sandbox financiero que prepara el Gobierno y que todavía está pendiente de su tramitación parlamentaria. Los participantes deben presentar una propuesta detallada y superar un proceso de selección.

En la primera fase de implementación, los promotores que aspiren a participar en este banco de pruebas deberán presentar su propuesta a la Administración. En función de las características del proyecto, la responsabilidad de su supervisión recaerá en una institución o en otra.

El proceso de evaluación para seleccionar los participantes se centrará, en primer lugar, en la aportación tecnológica y el valor añadido de cada propuesta. La iniciativa está abierta a proyectos internacionales y todo apunta a que habrá dos rondas de selección a lo largo del año.

Tras determinar las condiciones del periodo de pruebas y medir los resultados obtenidos, los reguladores analizarán si en el caso de que existiera alguna barrera regulatoria al desarrollo del proyecto esta deberá suprimirse. Será el supervisor el que deberá decidir si el proyecto ofrece el valor añadido y la seguridad suficientes para recomendar un cambio en la normativa.

Desde Asuntos Económicos consideran que el banco de pruebas aporta un plus de seguridad y garantía y que muchos promotores pueden estar interesado en que sus proyectos participen, aunque en su caso no exista ninguna barrera reglamentaria.

En cuanto a la seguridad de los clientes de los proyectos que participen en el sandbox, el Gobierno asegura que deberán dar su consentimiento. Por su parte, los promotores deben acreditar que disponen de las garantías necesarias para hacer frente a posibles indemnizaciones por daños y perjuicios. Por otra parte, los usuarios siempre pueden acudir a los servicios de reclamaciones de los supervisores.

El primer país de la Unión Europea en poner en marcha el mecanismo del sandbox fue el Reino Unido en 2015. Con la salida de los británicos de la UE, España será el primero de los ‘grandes’ en lanzar esta iniciativa. Holanda, Dinamarca, Polonia, Lituania y Suiza ya disponen de un entorno de pruebas, mientras que Hungría está desarrollando un proyecto. Por el contrario, Francia descartó hace tiempo desarrollar su propio sandbox.