El calor extremo, considerado hasta hace poco como una amenaza no muy severa y poco visible, se está convirtiendo en un riesgo muy grave que causa  un número de muertes en el mundo superior a las causadas por inundaciones, terremotos y huracanes juntos. Según el informe SONAR 2025 de Swiss Re, en concreto provoca aproximadamente medio millón de fallecimientos anuales. Los principales afectados son las personas mayores y las mujeres embarazadas.

Este informe destaca que los episodios de calor extremo han incrementado su frecuencia, intensidad y duración en los últimos años. Como ejempoo, en julio del pasado año se contabilizaron los tres días más calurosos en la historia de este mes. Las consecuencias del calor máximo pueden ser muy dañinas e incluyen cansancio extremo, insolación y fallos multi orgánicos, en ocasiones causados por el empeoramiento de enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

Como riesgo, el calor se halla también entre las mayoritarias causas de incendios forestales y tiene efectos negativos en diversas industrias como por ejemplo las telecomunicaciones, ya que necesitan más energía para optimizar los sistemas de refrigeración de los servidores informáticos que almacenan datos. Una de las principales conclusiones del informe es que debemos hacer un esfuerzo para que este riesgo emergente sea más visible para la población y que la concienciación sobre este peligro aumente.