La forma contraria de la motivación es la desmotivación que puede aparecer en nuestra conducta y acompañarnos, de un modo silencioso y prácticamente indetectable, durante mucho tiempo

La motivación es clave para conectar con lo que nos impulsa en general. Está presente en nuestra vida personal y, por supuesto, también en la profesional o empresarial. La motivación potencia nuestra capacidad de adaptación y de desarrollo personal según definieron los investigadores en psicología Ryan y Deci en el año 2000.
Sin embargo, la forma contraria de la motivación es la desmotivación que puede aparecer en nuestra conducta y acompañarnos, de un modo silencioso y prácticamente indetectable, durante mucho tiempo. Podemos confundirla con una depresión y suele estar asociada a la procrastinación o a la llamada “ley del mínimo esfuerzo”. Es importante conocer porqué puede llegar a ser experimentada y durante cuánto tiempo podríamos llevar viviéndola.
¿Qué puede llevar a la aparición de la desmotivación laboral?
1.- Falta de objetivos claros. No contar, por ejemplo, con un proyecto de crecimiento profesional claro y realista –tanto a nivel personal como dentro de la empresa en la que estamos- puede llevar a un desligamiento emocional y, con ello, a la desmotivación.
2.- Reconocimiento insuficiente. Un salario que no se siente adecuado o la falta de ese reconocimiento al trabajo bien hecho puede sumar mucho a la hora de que aparezca un sentimiento de decepción y desilusión que lleve a desmotivar a las personas. Un plan de formación o de carrera también puede funcionar como un estímulo motivador mientras que su ausencia o, sencillamente, no contar con la opción de seguirlo es una fuente que riega el descontento.
3.- Mal ambiente laboral. No estar en un equipo de trabajo bien cohesionado, con objetivos comunes y con un clima armonioso sino más bien tóxico es el caldo de cultivo para que el desánimo plante su semilla.
4.- Planificación errónea o ausencia de estrategia clara y bien definida. No tener una hoja de ruta organizacional, con una planificación definida, expectativas ajustadas, concretar objetivos realizables en un plazo establecido, revisión de cumplimiento, gratificaciones acordes al esfuerzo si se realiza… son importantísimos para lograr una clima motivacional.
5.- Cambios constantes en objetivos y decisiones. Tan negativo como no contar con una buena planificación es modificar de forma continuada la estrategia a seguir.
6.- Falta de confianza. Sentir que no se tiene la confianza del jefe y que este requiere feedback diario para sentir que “todo está bajo control” puede ser señalado como un factor de desmotivación en el trabajo.
7.- Estar incómodos. No contar con un espacio de trabajo – amplio, ventilado, iluminado y con áreas para moverse- que aporte bienestar y comodidad para desempeñar el trabajo, reuniones, etcétera es un “debe” para la organización.
8.- Horarios rígidos y trabajo híbrido. Los horarios flexibles y la posibilidad de realizar la jornada laboral en una fórmula de trabajo híbrido o remoto son actualmente un motivo de satisfacción en el trabajo que se pierden si los horarios son rígidos y la presencialidad es del 100% en aquellos puestos en los que no sea absolutamente indispensable para la buena marcha de la productividad, de la gestión o de la productividad.