Cómo plantar cara a un otoño marcado por la crisis

La situación volverá a poner a prueba las fortalezas del sector y su capacidad de adaptación

Superación

Todos los datos apuntan a que vamos a vivir un otoño marcado por la crisis económica causada por la suma de multitud de factores y, entre ellos, por las consecuencias del conflicto en Ucrania. ¿Cómo afectará al Seguro esta situación? ¿Qué podemos hacer para plantar cara a esta nueva crisis? Compartimos contigo algunas reflexiones.

Uno de los primeros aspectos a gestionar en las situaciones de crisis tiene que ver con la reacción de los particulares y las empresas. La precaución conduce a un enfriamiento de la economía y la consiguiente reducción de la actividad. En su versión más extrema, el temor puede tener un efecto paralizante. Sería una reacción exagerada a un problema real que no hace más que agravarlo y complicar la salida.

Con la inflación por las nubes, una crisis energética si precedentes y las cuentas públicas de los países llevadas al límite por la pandemia, por citar solo algunos de los factores en juego, es previsible que el miedo sea una variable que adquiera un gran protagonismo.

La primera respuesta imprescindible en la gestión de cualquier negocio en semejantes circunstancias es tratar de preservar la calma en medio de la tormenta. En los últimos tiempos, desde la crisis financiera que empezó en 2008, parece que nos hemos acostumbrado a encadenar situaciones adversas que tuvo su episodio más disruptivo con la pandemia global y sus dos años de restricciones de todo tipo. Todos, particulares y empresas, nos hemos habituado a desarrollar al máximo nuestra capacidad de resiliencia y ese es un valor que también nos será útil ahora.

Diversos expertos han analizado el impacto que la inflación puede tener en las renovaciones de algunos seguros y, de una manera más general, en el precio de algunos productos aseguradores. Todo cuesta más y parece razonable pensar que las primas también experimentarán una subida. En este sentido, Javier Barberá, presidente del Consejo General, reflexionaba recientemente sobre el impacto en ramos como Autos, en el que los costes de las reparaciones se han disparado y también se han dilatado en el tiempo, y en Salud, ya que existe la alternativa de la sanidad pública”. Por su parte, Pilar González de Frutos, presidenta de UNESPA, advertía hace unas semanas que es muy posible que el entorno altamente competitivo del ramo de Autos “se intensificará” en el contexto que estamos viviendo.

No obstante, como sector tenemos una serie de fortalezas evidentes, que las sucesivas crisis se han encargado en poner de manifiesto, que nos colocan en una mejor posición para afrontar un escenario tan complicado. De hecho, surgen también oportunidades en situaciones de incertidumbre tanto para los particulares como para las empresas. Vinculadas a diversos productos que aporten seguridad en un momento tan delicado o garantías. Pero también nuevas necesidades aseguradoras que hay que encajar en los productos contratados por los clientes como son la proliferación de instalaciones solares. Habrá que estar atentos a este nuevo escenario para poder acompañar a los clientes en sus necesidades.

Otro elemento en el que seguir profundizando es el de la digitalización, ya que nos abrirá nuevas vías comerciales, por una parte, y, por otra, puede influir positivamente en la eficiencia de los procesos de trabajo y en los costes.

Por último, dos valores al alza que en los momentos difíciles debemos tener más presentes que nunca: la flexibilidad, entendida como la capacidad de adaptarnos a cada momento, y el espíritu innovador. Es decir, la actitud de búsqueda permanente de una manera mejor de hacer las cosas puede marcar diferencias.

 

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