La profesión de mediador y el sector en general actúan en un entorno cambiante y difícil, pero que ofrece grandes oportunidades.
Diversos factores (la tecnología, la pandemia, la inestabilidad socio-política…) han influido para que el tradicionalmente estable sector asegurador se haya convertido en un entorno muy cambiante que ha convertido el avance hacia el futuro en un desafío imponente para agentes y corredores.
En este contexto, hay que estudiar el mercado y las fortalezas y debilidades propias de cada empresa que pertenece al segmento de la mediación profesional para descubrir las oportunidades que esconde esta peculiar situación del mercado. Una vez descubiertas las oportunidades es del todo necesario establecer una estrategia clara que tenga como objetivo no únicamente el beneficio a corto plazo.
El primer movimiento debe ser analizar las distintas vías de acercamiento y relación con los clientes. Es clave acertar en la captación de datos, tanto en la forma como en el contenido. Es esencial captar y gestionar los datos de los clientes de una manera alineada totalmente con la privacidad del asegurado. Hay que usar las nuevas tecnologías para obtener los datos de forma eficaz y analizarlos con rapidez y eficiencia. La personalización es una de las claves que se mantendrá en el futuro por lo que es el momento de diseñar una estrategia que se extienda en el tiempo,
De forma paralela hay que analizar a fondo los costes que supone esa captación y gestión de datos. El control de gastos y el conocimiento al detalle del reparto de esos costes adquiere mayor importancia que nunca porque el mercado exige productos personalizados al máximo y con un precio asequible.
Y la tercera clave es saber cómo utilizar e implementar las nuevas tecnologías para poder abordar retos como los dos anteriormente citados: una personalización extrema y un control exhaustivos de los costes. Nuevas fórmulas como el uso de la inteligencia artificial o el Big Data permiten acceder a millones de datos en cuestión de segundos y ahorrar tiempo que el mediador podrá dedicar al factor humano, el más importante para los mediadores en cualquier parte del mundo.
